Es curioso, pero cuando comenzamos con Alejandría y delineamos
nuestro ciclo de lecturas, preferimos esa puesta en escena de la literatura,
esa intervención pública (comenzamos en un bar), no carente, por cierto, de
política cultural, a la alternativa de una editorial o una revista literaria,
las cuales nos parecían más transitadas y, en cierto modo, más endogámicas. Y es
curioso porque tal vez sin ser del todo conscientes elegimos entonces un
encuentro real y directo entre escritores y lectores, justo cuando la era
digital, con los chats y los blogs como punta de lanza, hacían sus primeros
esgrimas.
A casi diez años de aquella elección, oponer lo digital a lo
gráfico, o lo virtual a lo real resulta superfluo sino torpe y malintencionado.
En cierto modo, ya Borges decía: por qué yo debo pensar que mi secretario es
más real que un sueño. Alguna vez, para escribir, los hombres usaron sólo la voz
y la memoria; después aprendieron a grabar la piedra o tallar la madera. Aunque
nos parezca inverosímil hubo un mundo con libros y literatura, pero sin esos preciosos
objetos rectangulares de páginas impresas. Debemos reafirmarlo: ni la ficción
ni la escritura deben confundirse con la materia que los aloja, con el bastidor
que los contiene.
La experiencia del Premio Itaú de Cuento Digital 2012 y el trabajo
en equipo con la Fundación Itaú cultural nos dejó con ganas y muchas expectativas
para este año.
El año pasado, llegaron más de 800 cuentos provenientes de 23 provincias
argentinas y más de 17 países. El comité de lectura remó a la par nuestra para
que el concurso estuviera en boca de todos los que amamos la literatura. El
jurado, de lujo, al igual que este año, se lució con la selección de los
cuentos que derivaron en la Antología de Cuento Digital 2012 que aprovechamos
para presentar hoy también a través de la lectura de Agustín Maya, uno de los
antologados.
Este año, queremos no sólo sostener el trabajo que hicimos el año
pasado sino mejorarlo y enriquecerlo. La primera muestra en este sentido –y
también la primera alegría-, es la plena participación de Uruguay y Paraguay,
en la organización y como miembros del Jurado y del Comité, haciendo un equipo
internacional. Esta vez los jurados serán 5: Claudia Piñeiro, Silvia Hopenhayn
y Andrés Neuman, por Argentina, Gustavo Espinosa por Uruguay y José Pérez Reyes
por Paraguay. Y para el Comité un grupo de 14: Mónica Bustos y Javier Vivero
por Paraguay; Alejandro Ferreiro y Eugenia Zicavo por Uruguay; y de Argentina:
Sebastián Chilano, Juan Guinot, Ana Prieto, Ricardo Romero, Hernán Ronsino,
Diego Vigna, dos de nosotros, los alejandrinos, y Natalia Zito –antologada del
año pasado- y Fernando Kosiak que, vale destacar, participaron a comienzo de
año de una convocatoria abierta al público para miembros para el Comité,
haciendo de este proyecto un hecho cada vez más participativo y enriquecedor.
Trabajar con Paraguay y Uruguay, trabajar a nivel regional, es un
deseo cumplido para Alejandría, ya que siempre quisimos tener la oportunidad de
tender puentes literarios desde esta especie de isla enorme que a veces es
Buenos Aires. Cuando se habla –siempre lo hemos escuchado- de la necesidad de una integración regional,
a veces no se termina de explicar lo que significa: significa esta clase de
acciones. Así que le damos las gracias a Itaú por promover estos lazos y por
brindarnos la confianza de aportar nuestras ideas y experiencia.
Wikipedia
informa que la literatura es el arte que utiliza como instrumento la palabra. La palabra es
el instrumento que nos interesa y conmueve. Volviendo a lo digital, lo digital
entonces es un vehículo, uno de los tantos que ha tenido y puede tener la literatura;
pero los que hacemos este concurso queremos recuperar esa experiencia
maravillosa de la palabra. Una de las preguntas frecuentes de los participantes
del año pasado era sí las imágenes o hipervínculos eran necesarios o
imprescindibles dentro del texto. Claro que no. Pero porque esos hipervínculos
o imágenes o sonidos también son palabras. Ya sabemos que nada ocurre fuera del
lenguaje. Lo que sigue siendo imprescindible para nosotros es leer cuentos que
sean tan buenos como Continuidad de los
parques, de Cortázar, o esa variación
de Roa que es Contar un cuento, que
tiene a su vez un narrador muy parecido –sólo que más gordo- al pianista de
Felisberto Hernández en Mi primer
concierto.
En definitiva, estamos muy felices de organizar este Premio Itaú de
Cuento Digital 2013. El año pasado, cualquier objetivo que soñamos en relación
a la convocatoria fue, no sólo alcanzado, sino superado ampliamente. Y estamos seguros de que este año será aún mejor.
Tanto es así que otro de nuestros orgullos, el comité de lectura, ha aumentado
la cantidad de sus integrantes, y también contará con brillantes escritores y
críticos de Uruguay y Paraguay.
Escribió
Roland Barthes: “La ciencia es vasta, la vida es sutil, y para corregir
esta distancia es que nos interesa la literatura.” Para corregir
esa distancia entonces leemos y escribimos. Para corregir esa distancia
también, a veces, nos valemos de las máquinas; esos aparatitos luminosos y faltos
de amor, que todos los días, aún a miles de kilómetros, nos permiten estar
cerca.
Estimados: ¿Podrían publicar la razón por la cual se limita la participación a menores de 41 años?
ResponderEliminarTengo 52 y no me puedo inscribir
Gracias por su respuesta